Una semana en Mallorca

Después de disfrutar de una semana en Mallorca hay que hacer repaso de todos los lugares encontrados, de las calas de aguas turquesa, de los recovecos y de los buenos momentos.

Desde la ventana, Palma

Desde la ventana, Palma

A efectos prácticos, toca apuntar que la posibilidad de alquilar un apartamento en el centro de Palma es una muy buena opción para poder disfrutar en cualquier momento del paseo por sus callejuelas, de degustar una de las mejores ensaimadas de la ciudad en Can Joan de s’Aigo, de tomar una copa de vino o de un vermú en algunos de sus locales, como por ejemplo, en la vermutería La Rosa, de comprar algún recuerdo – especialmente recomendado La Insular– o cerámica de la tierra que se puede encontrar a buen precio en el Mercado del Olivar. También, para un apuro puedes darte un baño en la Playa de Palma.

Si además, alquilas coche para poder recorrer la isla, sus pueblos y ciudades están exquisitamente cuidados, al detalle y mantienen la esencia de lo antiguo. Además, en Palma hay varios párkings donde dejar el coche todo el día y a buen precio. Tal es el caso del Parking Saba Sa Gerreria.

Camino a la playa pasando por la Plaça de Sant Jeroni

Camino a la playa pasando por la Plaça de Sant Jeroni

En este primer viaje a Mallorca pudimos descubrir:

Portopetro: Después de un baño en algunas de las calas cercanas, una opción para terminar la tarde es visitar este puerto, tan pintoresco.

Portopetro

Portopetro

Café Parisien, Artá

Café Parisien, Artá

Artá: se trata de un pueblo tradicional en medio de un gran valle a los pies de una pequeña montaña en el noreste de la isla. Desde la fortaleza Santuari de Sant Salvador (1832) se puede ver todo el pueblo. Para descansar, qué mejor que tomar algo en Café Parisien, un local decorado con mucho gusto.

Felanitx: un pueblo tranquilo que a finales de agosto engalana sus calles para festejar San Agustín.

Alcudia: si la visitas de miércoles podrás callejear entre los puestos del mercadillo y terminar la mañana con unas estupendas tapas en la Cerveseria Santa Anna.

Banyalbufar

Banyalbufar

Banyalbufar: el nombre de Banyalbufar es una palabra nacida de una combinación del árabe y el catalán que significa enclavado en el mar. Es una zona con casas en las laderas de la montaña y un sistema de riego de acueductos, en funcionamiento en la actualidad. Una de sus calas, la Cala de Banyalbufar se encuentra al pie de un acantilado y de la Serra de Tramuntana. Se puede dejar el coche en cualquiera de los parkings habilitados casi a pie de playa o en lo alto del pueblo y bajar caminando, mientras uno se maravilla con las vistas.

Café en les festes de Sóller

Café en les festes de Sóller

Sóller: es un precioso pueblo al noroeste de la isla. A unos 3 kilómetros está su puerto, desde el que puedes dar un tranquilo paseo, tomando un deliciosos helado de almendras de Mallorca mientras ves el atardecer.

Puerto de Sóller

Puerto de Sóller

También se pueden visitar otras localidades como Manacor, Santanyí, Pollença, Deià y conocer un poco más a sus gentes y sus contrastes.

Y, por supuesto, sus calas de aguas color azul turquesa o verde esmeralda, con una temperatura espectacular, seguras y muy, muy paradisíacas:

Cala Llombards: a 7 kilómetros de Santanyí. Es una cala de arena blanca, que se prolonga muchos metros hacia el interior, flanqueada por acantilados altos, muy accidentados. Está muy frecuentada por familias. El acceso por carretera es sencillo, se puede dejar el coche de manera gratuita en el amplio aparcamiento junto a la playa o en la propia urbanización y bajar caminando por unas escaleras.

Cala Mondragó: está en Santanyí. Se trata de una cala de arena, piedras y roca. Hay también un área recreativa donde poder comer a la sombra. Unida por un camino de piedra se encuentra la Cala S’Amarador.

Cala Murada

Cala Murada

Cala Murada: es una playa de arena con zona de roca en los laterales situada en la urbanización Cales de Mallorca en Manacor. De fácil acceso y con muchas opciones para dejar el coche, incluso a la sombra. En temporada alta es una playa muy concurrida por turistas. Sus aguas tranquilas y la zona rocosa permiten disfrutar -si llevas gafas y snorkel- de la cantidad de peces de diferentes colores y tamaños que se pasean por el fondo marino.

Caló Des Moro

Cala Des Moro

Caló des Moro: es una cala de arena y rocas situada cerca de Cala Llombards, en Santanyí. Es bastante pequeña y se accede -tras dejar el coche en un párking en la urbanización Cala S’Almonia– caminando durante unos 15 minutos por un sendero entre pinos y bajando por un camino de arena. Tanto la Cala des Moro como S’Almonia están muy cerquita la una de la otra.

Cala Mijor: es una playa urbana con un arenal extenso, de grano fino de color blanco, escasa pendiente, agua azul y transparente. Debido a su cercanía a hoteles de la zona y su facilidad es de las más concurridas.

Cala Mesquida: es un gran arenal de arena blanca y fina con aguas cristalinas situada en Capdepera. Dado su alto número de turistas que la visitan a diario puede quedarse corto el aparcamiento, por lo que es recomendable llegar temprano. Su amplitud hace que cuando sopla mucho el viento puede que haya bandera roja, lo que impide el baño.

Platja de Coll Baix: sin duda la de más difícil acceso de las que visitamos, pero merece la pena el esfuerzo. Es una cala de grava muy fina, situada a unos 8 km de Alcúdia. Desde el aparcamiento hay una pista que se convierte en rocosa y se complica en el último tramo bordeando la costa, de ahí que sea recomendable ir con calzado cerrado. El camino dura una media hora. Al llegar tendrás la recompensa de un merecido baño con la compañía de alguna que otra cabra.

De camino a la platja de Coll Baix

De camino a Coll Baix

Cala Deià: se trata de una cala de piedra. Hay opción de dejar el coche, en zona azul, prácticamente al lado. También hay un par de restaurantes donde poder comer y disfrutar de las espectaculares vistas. Es muy pequeña con lo que suele estar abarrotada de gente. Para darse un chapuzón y seguir visitando otras calas merece la pena la visita. Hay una zona en las rocas desde la que se tiran al mar los más temerarios y algún que otro despistado.

Playa de Es Trenc: el último chapuzón y la despedida la hicimos en este amplio arenal, en la localidad de Campos, rodeado de pinos y salinas. Se llega por una estrecha carretera hasta un amplio aparcamiento (en el que se pagan 4€). Sus aguas tranquilas, con poca profundidad y agradable temperatura, suelen convertirla en una playa concurrida y perfecta para familias con niños.


Playa de Es Trenc

Playa de Es Trenc

Ropa vintage y mercadillos dominicales en Londres

СеоEl domingo 27 de enero descubrimos otros mercadillos y tiendas de ropa de segunda mano, o de ropa vintage como se dice ahora.

Bien, el domingo hay que visitar los siguientes mercadillos:

Bethnal Green Rd, London
Tomamos el metro hasta la estación Shoreditch High Street, en principio con la idea de visitar el Boxpark Shoreditch, lo que pasó es que cuando llegamos -que era temprano- estaba cerrado, parece ser que los domingos abren de 12:00 a 18:00, y al marchar tomamos el metro en otra estación, así que, como no hay dos sin tres, cuando volvamos a Londres, esta visita será obligada. Una vez aquí, cogemos Bethnal Green Rd y en Sclater St vemos que comienzan los puestos de fruta, verdura y artículos varios. Seguimos caminando, y cual será nuestra sorpresa, cuando nos encontramos con un par de zonas llenas de puestos de comida, ferraganchos y un nutrido puesto de bicis a buen precio, se trata de una plaza rodeada por Sclater St, Cygnet St y Bacon St. Aquí es donde nos encontramos con la tienda de Patricia Nicolás. Uno de los puestos que más nos llamó la atención era uno el que sólo se vendían sacos, enormes, de café (pero sin nada dentro, sólo sacos), ideales para forrar cojines, alguna silla o incluso para colgar en la pared.

Sclater St, Londres

De aquí nos vamos a ir a Brick Lane, también conocido como Banglatown, porque es el corazón del asentamiento de la comunidad Bangladeshi-Sylheti. Es una calle que está llena de tiendas vintage, cafeterías de moda y en donde se encuentra el famoso Old Spitafields Market.

Así que seguimos por Sclater St que desemboca en Brick Lane, que es una calle larga del barrio de Tower Hamlets, en la zona del East End. Pero antes de centrarnos en la calle ancha, seguimos por Cheshire St., donde nos encontramos con una tienda de ukeleles llamada Duke of Uke. Aquí la calle cambia de nombre, ahora es Dunbridge St. y por ella llegamos hasta el almacén Coppermill Ltd (bric-a-brac, objetos de segunda mano para el hogar, cables, enchufes, etc., ropa de trabajo…)

Duke of Uke, en Brick Lane, Londres

Después de este callejeo, volvemos al meollo, a Brick Lane. En la parte más al norte, casi en el cruce con Bethnal Green Rd. Aquí hay muchos puestos de ropa, nueva y de segunda mano, entonces es cuando me enamoro de un abrigo de ante. Lo pruebo un montón de veces, lo pienso y no me decido… en ese momento, porque al final de la tarde, regreso al puesto con la esperanza de que no se haya vendido. Voilà, ahí sigue, esperándome… lo vuelvo a probar, sé que me voy a arrepentir si no lo llevo pero en la maleta ya no me entra, uff ¡qué dilema!. Bueno, tendré que llevar los dos abrigos puestos encima.

Nuestra caminata continúa hacia el sur, pasamos bajo el puente del tren y entramos en Rokit, una franquicia de tiendas de ropa vintage, muy bien ordenada y enorme. Para el próximo viaje hay que traer otra maleta, estas oportunidades no se pueden dejar escapar.

The Tea Rooms en Brick Lane, London Ya empieza a entrar la gusa, así que empezamos a buscar en The Old Truman Brewery, y observamos los diferentes puestos de comida, nos decidimos por la etíope en The Boiler House Food Hall, dentro de una especie de nave de ladrillo con un montón de puestos de comida. En otra de las zonas, llamada Backyard Market, disfrutamos de los puestos de arte y manualidades. Entrando, te encuentras con The Tea Rooms, con varios vendedores de antigüedades, discos y una cafetería muy, muy acogedora.

Sunday UpMarket, London

Esto es un no parar, y continuamos adentrándonos en el Sunday UpMarket: moda, arte, comida y complementos, con razón Candem ya no es lo que era… ahora, la ropa chula, las oportunidades y la diferencia está aquí, en esta zona. Eso sí, tiene que ser en domingo.

A estas alturas del día, pensábamos que no podía haber más, pero nos equivocamos, siguiendo por Brick Lane, en un sótano, un cartel anuncia «Huge vintage clothing market downstairs today!» y una flecha señala las escaleras que bajan al sótano. Es el Vintage Market.

Casi por casualidad, en el 20 Hanbury St, nos encontramos con una galería con varios vendedores de buena ropa vintage, sobre todo prendas de piel (chaquetas, abrigos, auténticas pasadas) y pantalones Levi’s a muy buen precio.

De ahí a Old Spitalfields Market, un mercado enorme con ropa y complementos, algo más convencional, pero con alguna curiosidad y algún que otro chollo, si tienes la suerte de encontrar talla.

Sclater St en Londres

Finalmente, fuimos hasta el Petticoat Lane Market, en Middlesex St, típico mercadillo de ropa barata, muy parecido a los días de plaza de aquí. Cuando llegamos, además, los puestos ya estaban casi recogidos, así que lo encontramos a medias.

Menudo día, no nos dio tiempo a todo lo que teníamos planificado, así que para el próximo viaje, además:

* The Vintage Emporium Café.
* Beyond Retro.
* Ridle Road Market.
* Netil Market.
* Broadway Market.

Domingo en Brick Lane, Londres

Día 3: Camden Town

El miércoles, 19 de noviembre, fue un día monotemático: Camden Town exclusivamente… Uff, ¡qué emoción!

Esa mañana nos tomamos el desayuno con más calma, el metro (the tube) nos llevaría hasta Camden y estaba cerca. Así que, aunque Tere y Cris se mantuvieron fieles al desayuno continental, yo me atreví con el english breakfast (café con leche, huevo, salchicha, bacon y tostadas, las salsas al gusto), me sentó fenomenal.

Girls kick assEl mercado de Camden Town es espectacular: multitud de tenderetes en las calles, numerosas tiendas con artículos de lo más extravagante, abrigos y cazadoras de todas las formas y colores, bolsos para quitar el hipo, pellizas de segunda mano (Loli me estará eternamente agradecida de la chupilla que le traje, el invierno será más llevadero ahora) incluso quedaban algunas pequeñas tiendas con muebles antiguos, las que se salvaron del incendio del 10 de febrero de este año.

Camden Town. Panorámica

El ambientillo era especial: un montón de gente con un montón de estilos diferentes y muy currados, aunque se podía caminar con tranquilidad y ver las tiendas sin agobios, se notaba que era miércoles (parece ser que los fines de semana es tremendo). Camden es otro mundo que merece la pena conocer y disfrutar.

Camden LockCompramos un montón de cosas: vestidos, chaquetones, láminas, cojines, un par de pellizas, camisetas, complementos… y nos tuvimos que frenar porque ya no podíamos con las bolsas. Además, algunas cosas estaban muy, pero que muy bien de precio. Al medio día nos fuimos a engullir (más que nada para no perder mucho tiempo) en un espacio reservado donde puedes llevarte la comida que puedes comprar en la infinidad de puestos de varios países que hay; incluso encontramos uno especializado en paellas donde sonaba a todo lo que daba el último hit de Los Chichos, y donde no pudimos resistirnos a la tentación de tararear la melodía y dar palmas al más estilo andaluz, tracatrá (con giro de pie incluido para mover con gracia la bata de cola de lunares). Toda la mañana y toda la tarde y nos quedaron cosas por ver, así que no nos quedará más remedio que repetir, ¡qué se le va a hacer!

Segundo día londinense

A las 6.45h. del 18 de noviembre suena el despertador y nos vamos poniendo en marcha para llegar al bar donde desayunamos a las 7.30h. En él nos dan la opción de english breakfast o continental. Hoy nos decantamos por el continental (zumo de naranja, croissant, tres tostadas, mantequilla, mermelada, y café con leche). Repletas de energía, comenzamos el día.

Monumento a la reina VictoriaEl plan de hoy empieza recorriendo las calles hasta Victoria Station y de allí hasta la visita y foto, obligada, en el Buckingham Palace. De ahí nos dirigimos a pasear por Hyde Park, pasando por Wellington Arch.

Tras cruzar todo el parque nos dirigimos con muchas ganas a Oxford Street, donde comenzamos a hacer algunas compras y a regalear. A mediodía, descansamos tomándonos un delicioso Starbucks Coffee.

Dulces en Covent GardenSeguimos pateando la enorme e interminable calle, mezclándonos con la gente que va a diferentes ritmos. Mientras espero que Tere y Cris compren algunas cosas en una tienda de deportes, espero sentada en una parada de bus, estoy encantada viendo pasar a la gente y me hace pensar lo diferente que es la rutina aquí y lo enriquecedor que es vivir esta experiencia.

Nuestro siguiente destino es Covent Garden, un mercadillo supercuco, como de cuento, con unos tenderetes guapísimos, música en la calle y juegos de malabares, me quedo sin palabras.

Underground - Piccadilly CircusNuestras patucas empiezan a resentirse, pero aún nos queda mucho por ver, así que encaminamos nuestros pies hacia Picadilly Circus. A pesar de haber mucha luz aún y no nos ciegan las numerosas luces de la plaza, es una zona espectacular. Así que seguimos haciendo muchas fotos para recordar este momento.

Tomamos una de las calles que bajan y nos dirigimos hacia Trafalgar Square, parando antes a tomarnos algo en una cafetería a descansar un poco. En Trafalgar Square hacemos más y más fotos, está repleto de personas haciendo lo mismo. Aún nos quedan unos pocos minutos de luz. Así que, el camino de regreso al hotel lo hacemos pasando por Downing Street (donde está la residencia oficial del Primer Ministro del Reino Unido), el Big Ben (aunque lo visitaremos con mayor detenimiento otro día) y la Abadía de Westminster.

Cansadas y muy emocionadas de este día, llegamos al hotel a reponer fuerzas y a darnos una ducha reparadora. Luego, cerveza en la tasquilla cercana al hotel.

Fin del moreneo

El verano está dando sus últimos coletazos y el sol, por la mañana, ya no calienta tanto, el ambiente está más fresquito y obliga, a las más frioleras, a dejar las chanclas en el cajón y sacar el fular. A la playa se va a pasear – ya no merece la pena ponerse a tostar «vuelta y vuelta» – y a disfrutar de la puesta de sol con chaqueta y pantalón largo… lo de mojar los pinreles es opcional.

Todo apunta a que la rutina otoñal está tocando a la puerta: menos verbenas, menos moreneo, menos días de vacaciones, más trabajo… el sonido del despertador intenta, de nuevo, convertirse en algo cotidiano a lo que – no queda otra – hay que acostumbrarse.

Faro de San Juan

En la foto, una vista del faro de San Juan de Nieva desde la playa de Salinas, uno de estos días por la tarde en el que Lorenzo se ve más lejos y apenas hay bañistas, tumbonas o toallas de todos los colores sembrando la arena. Sirva esta postal de despedida del verano y bienvenida de una nueva rutina.

Subida al Pico Jario

Ayer, Pablo y yo hicimos nuestra primera excursión veraniega. El destino la cumbre del Pico Jario (1.913 metros), en el macizo occidental de Picos de Europa.

Se trata de una ascensión asequible y espectacular en cuanto a paisajes. Durante todo el camino las vistas son fabulosas: bosques, fauna, rocas, y al llegar al pico, puede sorprenderte un mar de nubes, como el que aparece en la foto.

Jario

Empezamos en el Puerto de Panderruedas (1.450m), donde puedes dejar el coche en el aparcamiento del área recreativa y llenar las botellas con agua fresquita de una fuente cercana (un kilómetro antes de llegar, fácilmente visible a mano derecha – si vienes desde Asturias – de la carretera).

A continuación, se pasa por el Mirador de Piedrashitas y sigues el camino marcado. Después, se sube la Riega Guayes que nos lleva al Collado Viejo (1.638m). De ahí se sube a la Cerra del Centenal (1.768m) y después, tras un poco de bajada, se vuelve a subir bordeando el Pico Guadañas (1.732m).

Lo siguiente son las Colladas de Dobres, que pasan entre Peña Blanca (1.802m) y Peña de Dobres (1.796m); aquí la vegetación casi desaparece y podemos ver por primera vez las cabañas de Vegavaño. Luego hay que bordear Pica Samaya (1.859m) y Picos de Valdelafuente, que quedarán a nuestra izquierda.

El último tramo confluye con el camino de ascensión de Vegavaño al Jario, cresteando. En los últimos metros puede que necesites las manos para ir más segura.

Hora de salida: 10.30h.
Hora de llegada: 13.25h.

A nuestra llegada, nos tomamos una horita para comer y disfrutar de todo lo que nos rodeaba, hacer fotos y comprobar el buzón de cumbres.

La bajada, con alguna parada – ya que el sol era tremendo e íbamos escasos de agua – nos llevó un par de horas.


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Noticias desde Turquía

Sello turco

Estos días, mi amiga Mónica ha estado en Turquía, disfrutando de unos días de merecidas vacaciones. Gracias a ello he conocido un poco más ese país.

Cada día, Mónica, nos enviaba correos-e – como un moderno Fraggle viajero – contándonos la crónica de actualidad: que si el tranvía, que si el barco por el Bósforo, los palacios, los manjares, los tés, las gentes, el Gran Bazar, el regateo, el baño turco, los masajes, todo. Día tras día, revisaba el correo esperando tener noticias y poder transportarme durante unos minutos a otro lugar, un sitio mágico tal y como cuentan los emails y donde espero poder ir personalmente algún día.

Ahora tenemos una cita pendiente, para ver las fotos cerca de un vaso de té, y escuchar de viva voz sus aventuras.

Por cierto, la foto es el sello que venía con la postal de Mónica. Es de 70 nuevos kuruş (1 nueva lira turca = 100 nuevos kuruş). 70 nuevos kuruş equivalen a unos 38 centimos de €. La imagen representa una vista de Gümüşhane, en el norte de Turquía.

Manías

Manos y anillosPablo me provocó a seguir la cadena, asi que ahí van mis manías:

  • Siempre tengo que tener algún anillo o complemento en las manos.
  • Siempre tengo que llevar colonia, mi favorita.
  • Siempre tengo cosas favoritas en cada momento: mis zapatos favoritos, mi camiseta favorita, mi canción favorita…
  • Me gusta taparme con las sábanas hasta el cogote.
  • Mis cosas deben estar ordenadas, y si alguien osa a coger algo, me entero.
  • Soy muy puntual y me gusta que el resto de la gente también lo sea.
  • La comida tiene que estar bien presentada, así es más guapa y presta más comerla. La comida fea no suelo probarla.
  • En la comida no puede haber tropezones, la textura tiene que ser uniforme.
  • La comida y el café muy calientes; si no, no tienen sabor.
  • El café de la tarde: en vaso de cristal, por la mitad.
  • Cuando termino de comer: necesito dulce, es indispensable.
  • Compruebo varias veces el despertador para asegurarme de que está activado. También me pasa al cerrar la puerta del coche. Practicarlo es un buen ejercicio para amargarse.
  • Me lavo las manos continuamente, deben oler siempre a jabón.
  • La ropa se tiende de menor a mayor tamaño de las prendas (en tendales lineales)
  • Durante todo el año utilizo zapatillas descalzas.
  • En la montaña no me gusta saltar ni mancharme las botas, aunque a veces es incompatible, suelo buscar un camino alternativo (aunque sea un rodeo) para no mancharme demasiado.
  • Los libros son para escribir en ellos, subrayarlos, hacer anotaciones… le dan más vida. Sólo lo hago con los míos, asi que si me dejas alguno, te lo devolveré y – además – sano y salvo.

Si tienes bitácora, me gustaría que continuases la cadena; si no, puedes usar los comentarios de este post.

El tiquero

Los hechos

Cuándo: un viernes del mes de noviembre de 2005.

Tren en movimientoLlegué con 5 minutos de antelación al mostrador donde debía sacar mi billete de tren. Delante de mí, unas cuantas personas formaban cola. Dispensando tickets… nadie. Al fondo del mostrador, una chica, con uniforme ferroviario, fumaba tranquilamente un cigarrillo. Los futuros viajeros intentamos buscar gestos complices entre nosotros, de esos que quieren decir «Â¡Esto es increible!», «Â¡Voy a perder el tren!…» o cosas más groseras. Nada, decido ir a la máquina dispensadora de billetes y soportar la espera de las cinco personas que esperan pagar su viaje. La primera, una señora a la que le cuesta comprender este cacharro (muchos colores, muchas letras y poco intuitiva la maquinita); bueno, por fin lo consigue con la ayuda de la segunda de la fila, que saca su ticket en tiempo récord. Llegamos a la tercera persona que se hace un lío con el suelto, con la ida y vuelta, con adulto o niño… el tiempo pasa y yo desesperada. Entonces, escucho por los altavoces que el tren que tengo pensado coger va a efectuar su salida en breve. Me salgo de la fila, sin billete, y corro hasta el tren pensando en la vergüenza que el revisor me va a hacer pasar por no pagar el viaje… ¡Profecía autocumplida! El tiquero me echa una bronca monumental mientras el resto de viajeros escuchan atentamente entre la vergüenza ajena, el morbo y la solidaridad (porque seguro que en algún momento a ellos también los pasó o a alguien próximo a su círculo)

Y yo me pregunto…

¿Hay que aguantar el chaparrón para que encima tengas que pagar la multa correspondiente? ¿Merece la pena aguantar la lección de circulación ferroviaria para que te absuelvan? ¿es mejor utilizar el método asertivo o directamente es preferible ponerse chulo?

Bombo el valiente

Intentado hacer una regresión a la infancia he estado viendo algunos capítulos de Los Fraguel, lo cierto es que me parecen más geniales que cuando era pequeña. Me lo paso pipa.

Bombo, el fraguel más inseguroEn el capítulo de hoy, Bombo quería ser más valiente y audaz, entonces, armándose de valor y acompañado de Rossi, van a ver a la Montaña de basura, que le aconseja que podrá serlo siempre que lleve su gorra. Bombo es feliz, sabe que siempre estará acompañado de su gorra y entonces, es cuando se cree lo valiente que es. Pobre Bombo: cuando – en un momento – la gorra sale volando, queda destrozado, se siente débil otra vez. Descuidó las cosas que había hecho por sí mismo, responsabilizando a la gorra de sus éxitos, en lugar de otorgarse el mérito a sí mismo, y a las cosas que consiguió hacer.

Se me ocurren unas cuantas situaciones en las que solemos poner las medallas a causas externas a nosotros, y los fracasos como responsabilidad individual. Por ejemplo, tomar una pastilla y pensar que todas las cosas que nos salgan bien son a causa de que me estoy medicando, sin reparar en los pequeños éxitos que hacemos por nuestro esfuerzo y trabajo. Ojo, con este comentario no quiero decir que los medicamentos no tengan su función, simplemente apunto que también nosotros somos seres funcionales, con propósitos y activos.

¿Se te ocurre alguna situación en la que te pasó algo similar a Bombo?

Retratos de Mujer

Quizá alguna vez te habrás fijado en la dirección que tiene esta bitácora: lore.retratosdemujer.com. ¿Y qué es eso de Retratos de Mujer? Pues se trata de un Proyecto que pusimos en marcha Marisol y yo hace cosa de un año. Estas últimas semanas está empezando a dar sus frutos después de 12 meses de siembra. La verdad es que estoy muy contenta, nuestro trabajo y esfuerzo se está viendo recompensado.

Evolución histórica del sitio de Retratos de MujerPara que todo lo que estamos haciendo se vea y tenga mayor difusión, Pablo nos había construido una página web. Tras muchos días y horas de trabajo, de vueltas y vueltas a la cabeza nuestro director de marketing ;-) ha conseguido un regalo que es una maravilla: una nueva versión del sitio, con la que pretendemos ofrecer información más fresca y actualizada. Esperamos que sea más útil y atrayente.

Mil gracias, Pablo, por toda tu dedicación; eres un campeón y una listurina.

Mi sobrinín

¡¡¡¡¡Estoy alucinada!!!!!

No sólo porque a mi familia se vaya a incorporar un nuevo miembro en pocos meses sino porque además, si quiere, ya puede estar matriculado para el curso 2006 – 2007 en una guardería infantil, aunque no tiene plaza para este curso que va a empezar en breve (ya los CortyColes se han encargado de recordárnoslo).

Mini pie, pisa con garbo¡Pero si aún no ha nacido la criatura y ya sus padres, en junio de este año, tenían que haber previsto que en abril del 2006 necesitarían medidas para poder conciliar su vida y su trabajo! ¿Cómo se puede matricular en un curso a una persona que aún no ha asomado sus piesecitos por aquí?

Mi hermana, la futura madre, y yo lo hablábamos esta mañana y no sabíamos si reir… o escojonarnos de la risa… ¿no es pa flipar?

PD: Tengo que reconocer que como futura tía me encuentro en estado de flipe desde hace una temporada ;-)