El verano está dando sus últimos coletazos y el sol, por la mañana, ya no calienta tanto, el ambiente está más fresquito y obliga, a las más frioleras, a dejar las chanclas en el cajón y sacar el fular. A la playa se va a pasear – ya no merece la pena ponerse a tostar «vuelta y vuelta» – y a disfrutar de la puesta de sol con chaqueta y pantalón largo… lo de mojar los pinreles es opcional.
Todo apunta a que la rutina otoñal está tocando a la puerta: menos verbenas, menos moreneo, menos dÃas de vacaciones, más trabajo… el sonido del despertador intenta, de nuevo, convertirse en algo cotidiano a lo que – no queda otra – hay que acostumbrarse.
En la foto, una vista del faro de San Juan de Nieva desde la playa de Salinas, uno de estos dÃas por la tarde en el que Lorenzo se ve más lejos y apenas hay bañistas, tumbonas o toallas de todos los colores sembrando la arena. Sirva esta postal de despedida del verano y bienvenida de una nueva rutina.