Ropa vintage y mercadillos dominicales en Londres

СеоEl domingo 27 de enero descubrimos otros mercadillos y tiendas de ropa de segunda mano, o de ropa vintage como se dice ahora.

Bien, el domingo hay que visitar los siguientes mercadillos:

Bethnal Green Rd, London
Tomamos el metro hasta la estación Shoreditch High Street, en principio con la idea de visitar el Boxpark Shoreditch, lo que pasó es que cuando llegamos -que era temprano- estaba cerrado, parece ser que los domingos abren de 12:00 a 18:00, y al marchar tomamos el metro en otra estación, así que, como no hay dos sin tres, cuando volvamos a Londres, esta visita será obligada. Una vez aquí, cogemos Bethnal Green Rd y en Sclater St vemos que comienzan los puestos de fruta, verdura y artículos varios. Seguimos caminando, y cual será nuestra sorpresa, cuando nos encontramos con un par de zonas llenas de puestos de comida, ferraganchos y un nutrido puesto de bicis a buen precio, se trata de una plaza rodeada por Sclater St, Cygnet St y Bacon St. Aquí es donde nos encontramos con la tienda de Patricia Nicolás. Uno de los puestos que más nos llamó la atención era uno el que sólo se vendían sacos, enormes, de café (pero sin nada dentro, sólo sacos), ideales para forrar cojines, alguna silla o incluso para colgar en la pared.

Sclater St, Londres

De aquí nos vamos a ir a Brick Lane, también conocido como Banglatown, porque es el corazón del asentamiento de la comunidad Bangladeshi-Sylheti. Es una calle que está llena de tiendas vintage, cafeterías de moda y en donde se encuentra el famoso Old Spitafields Market.

Así que seguimos por Sclater St que desemboca en Brick Lane, que es una calle larga del barrio de Tower Hamlets, en la zona del East End. Pero antes de centrarnos en la calle ancha, seguimos por Cheshire St., donde nos encontramos con una tienda de ukeleles llamada Duke of Uke. Aquí la calle cambia de nombre, ahora es Dunbridge St. y por ella llegamos hasta el almacén Coppermill Ltd (bric-a-brac, objetos de segunda mano para el hogar, cables, enchufes, etc., ropa de trabajo…)

Duke of Uke, en Brick Lane, Londres

Después de este callejeo, volvemos al meollo, a Brick Lane. En la parte más al norte, casi en el cruce con Bethnal Green Rd. Aquí hay muchos puestos de ropa, nueva y de segunda mano, entonces es cuando me enamoro de un abrigo de ante. Lo pruebo un montón de veces, lo pienso y no me decido… en ese momento, porque al final de la tarde, regreso al puesto con la esperanza de que no se haya vendido. Voilà, ahí sigue, esperándome… lo vuelvo a probar, sé que me voy a arrepentir si no lo llevo pero en la maleta ya no me entra, uff ¡qué dilema!. Bueno, tendré que llevar los dos abrigos puestos encima.

Nuestra caminata continúa hacia el sur, pasamos bajo el puente del tren y entramos en Rokit, una franquicia de tiendas de ropa vintage, muy bien ordenada y enorme. Para el próximo viaje hay que traer otra maleta, estas oportunidades no se pueden dejar escapar.

The Tea Rooms en Brick Lane, London Ya empieza a entrar la gusa, así que empezamos a buscar en The Old Truman Brewery, y observamos los diferentes puestos de comida, nos decidimos por la etíope en The Boiler House Food Hall, dentro de una especie de nave de ladrillo con un montón de puestos de comida. En otra de las zonas, llamada Backyard Market, disfrutamos de los puestos de arte y manualidades. Entrando, te encuentras con The Tea Rooms, con varios vendedores de antigüedades, discos y una cafetería muy, muy acogedora.

Sunday UpMarket, London

Esto es un no parar, y continuamos adentrándonos en el Sunday UpMarket: moda, arte, comida y complementos, con razón Candem ya no es lo que era… ahora, la ropa chula, las oportunidades y la diferencia está aquí, en esta zona. Eso sí, tiene que ser en domingo.

A estas alturas del día, pensábamos que no podía haber más, pero nos equivocamos, siguiendo por Brick Lane, en un sótano, un cartel anuncia «Huge vintage clothing market downstairs today!» y una flecha señala las escaleras que bajan al sótano. Es el Vintage Market.

Casi por casualidad, en el 20 Hanbury St, nos encontramos con una galería con varios vendedores de buena ropa vintage, sobre todo prendas de piel (chaquetas, abrigos, auténticas pasadas) y pantalones Levi’s a muy buen precio.

De ahí a Old Spitalfields Market, un mercado enorme con ropa y complementos, algo más convencional, pero con alguna curiosidad y algún que otro chollo, si tienes la suerte de encontrar talla.

Sclater St en Londres

Finalmente, fuimos hasta el Petticoat Lane Market, en Middlesex St, típico mercadillo de ropa barata, muy parecido a los días de plaza de aquí. Cuando llegamos, además, los puestos ya estaban casi recogidos, así que lo encontramos a medias.

Menudo día, no nos dio tiempo a todo lo que teníamos planificado, así que para el próximo viaje, además:

* The Vintage Emporium Café.
* Beyond Retro.
* Ridle Road Market.
* Netil Market.
* Broadway Market.

Domingo en Brick Lane, Londres

Escapada a Londres

Picadilly

Los astros en conjunción hicieron posible poder celebrar mi cumpleaños en Londres. Después de mucho consultar la web de easyet, esperar a ver sus económicos precios, a coincidir Pablo y yo con días libres, y a que el resto de factores estuviesen en orden… pudimos hacer nuestra ansiada escapada a Londres, que mágicamente, coincidió con mi cumpleaños, así que la celebración fue perfecta.

Nuestra estancia duró desde el jueves 24 hasta el martes 29 de enero y en estos días nos dio tiempo a descubrir una parte de la ciudad que desconocía, además de visitar los lugares más emblemáticos, de obligado paso, para que Pablo también pudiese conocerlos.

Stencils en Portobello Road

Alice's en PortobelloAsí es que, partimos el jueves de mañana y llegamos a Londres a eso de las 14,30h. al Hotel Victor en un día de mucho frío. Preparamos nosotros todo el viaje con antelación: los billetes comprados desde internet con easyet, los traslados desde el aeropuerto al hotel con Terravision y la estancia en el hotel, así no perdimos tiempo y no tuvimos que ir con demasiado dinero. No llevamos equipaje para facturar, así que nos tuvo que entrar todo en la maleta de mano, incluido el bolso por pequeño que fuese, en esta ocasión fueron muy estrictos con este tema. Con respecto al traslado en bus, muy recomendable comprar ida y vuelta con antelación, sale más barato. Hay que calcular, además, la hora y media que dura el trayecto. Así que merece la pena -a la ida- reservar una hora más con respecto a la hora prevista de llegada, por si acaso; además si llegas antes y hay sitios libres te dejan subir. A la vuelta -en nuestro caso- lo cogimos a las 7.00h., llegamos al aeropuerto a las 8.30h. y cerraban las puertas de embarque a las 10.45h., de sobra sobrísima. Qué decir del hotel, que no estuvo mal en general: habitación y baño limpios, con gran ventanal y techos altos, a 10 minutos caminando de la Estación Victoria y a 5 minutos caminando de la estación de metro de Pimlico; la pega el desayuno: escaso y poco variado, si algo ansiaba de Londres era poder disfrutar de su english breakfast, pues no: unas tostadas o dos mini croissants (opción A o B, no podían ser ambas), a elegir también café con leche fría (todos los días les tenía que recordar que por favor caliente, al final llegaba templada) o té, zumo de bote y fruta (manzana o plátano, a elegir, of course).

DSCF1586Total, que el jueves por la tarde, el viernes y el sábado visitamos: el Buckingham Palace, Picadilly Circus, la zona del Soho (a la que volveríamos casi a diario para cenar), Convent Garden, Trafagar Square, Notting Hill, Camden Town, el Meridiano y el mercado de Greenwich y la Torre de Londres. Candem ya no es lo que era: muchas de las tiendas de segunda mano ya no están y las han sustituido tenderetes con camisetas y artículos de merchandising vario, todo muy repetido… estuvimos menos tiempo del que pensábamos así que, después de comer – éso sí sentados en unos asientos de moto superchulos- nos fuimos hacia el centro de la ciudad.

El domingo y el lunes descubrimos otros mercadillos y las tiendas de segunda mano, o de ropa vintage y las charity shop. Pero esto merece un post aparte.

Otros descubrimientos: las tiendas de sushi take away, ¡uff! Nos pusimos tibios de sushi casi todos los días, para cenar, para comer, hasta para entre horas algún nigiri de salmón caía. La primera que encontramos fue Rice Wine Shop (japanese food) en Brewer Street, en la zona del Soho. La más barata, no está mal para un apurón pero las hay muchísimo mejores. Por ejemplo, las Itsu, puedes también tomar el sushi en la tienda, la que más me gustó, y las Wasabi, aquí el sushi está muy rico, pero es un poco más caro y el ambiente es muy estresante, con mucha luz y música machacona. Los postres los comprábamos en una pastelería china llamada Kowloon Cake Restaurant, en Gerrard Street en el Barrio Chino, y el que triunfó fue la Sultana Bun.

Greenwich Pier

Penúltimo día de fraggle viajera

Alice'sEl viernes, 21/11/2008, supuso el último día de nuestra escapada (en realidad volamos el sábado, pero ese día ya no contaba) así que decidimos visitar a primera hora de la mañana Notting Hill y su famoso mercadillo. Un montón de tiendas muy chulas y también mercadillo con ropa molona… pero en la maleta a estas alturas ya no quedaba espacio ni para una camiseta más… así que, apesadumbradas, decidimos planificar un nuevo viaje (con maletas de mayor tamaño) para poder acaparar más trapitos.

Después de callejear por Notting Hill, nos dirigimos a visitar la Torre de Londres y comer tranquilamente cerca del río Tamesis.

Sobre el puente

Tower BridgeFue un día tranquilo, relajado y de repaso de lo mucho que habíamos disfrutado… y si era de repaso… ¡tacháaaan! no podía faltar callejeo again por Oxford Street y por favor (Maite, no te rías) visita a Primark, como si aquí cerca (vamos, como a unos 30 km, más o menos) no hubiese uno parecido. ¡Pues no!, la tienda de Oxford no tiene nada que ver con la de Oviedo, dónde va a parar (¿eh, Cris?), y perseguir con disimulo a una lugareña mientras se prueba una chupilla de 5 libras, supercuca y que me había probado el día anterior (quedándome fenomenal a la par que estilosa), esperando a que la soltase, no tiene precio y es muchísimo más emocionante que hacer eso mismo aquí. Por cierto, finalmente comprobó -la susodicha- que para nada era su estilo, y tras deshacerse de ella tirándola con desdén sobre un montón de prendas, allí me lancé a por la cazadora, como la que no quiere la cosa (¡prueba superada!)

Bueno, pues el día iba llegando a su fin, así que no tuvimos más opción que volver al chigre, que a estas alturas ya era de confianza, para tomarnos algo y poner el despertador a las seis de la mañana, previo sorteo de a quién le tocaba madrugar más para entrar en la ducha.

Greenwich

El cuarto día en Londres, el jueves 20/11/2008, lo dedicamos a recorrer Greenwich.

GreenwichTras un viaje en metro llegamos al Mercado de Greenwich donde pudimos disfrutar de un ambiente muy acogedor. Varios tenderetes con artículos de 2ª mano, la mayoría de ellos muy antiguos, hicieron nuestras delicias. Cris se compró un plato pequeño, de cerámica, pintado a mano superchulo y una versión antigua del libro de Charles Darwin titulado «Viaje en el Beagle«, menuda maravilla.

Seguimos recorriendo los puestos y encontramos más caxigalinas por aquí y por allá, y entre ellas un proyector de diapositivas de 1930 que no pude resistir la tentación de traer, eso sí, me dio el día porque tuve que cargar con él hasta llegar al hotel por la noche.

Panorámica desde el observatorio de Greenwich

Después, recorrimos un parque inmenso, donde las ardillas de color plateado se apelotonaban alrededor nuestro, incluso hubo momentos en los que temí por nuestro pellejo. Era como en una película de zombis, donde podían oler sangre fresca y a tropel se abalanzaban sobre nosotras. Bueno, este parque finalizaba en el Meridiano de Greenwich, ¡qué ilusión!. Fotos y más fotos.

Spaghetti with MusselDesfallecidas por el hambre y el frío, nos fuimos a un italiano a comer algo calentín. De menú: fetuccini para Tere; lasagna para mí y espaguetti con mejillones (aunque los pedimos pensando que eran gambas, porque no nos aclarábamos con la carta y porque las indicaciones con las manos de la camarera describieron claramente la forma de una gamba) para Cris.

En la línea DRL del metro regresamos a Victoria Station, donde aprovechamos para comprar cafés y tés de sabores; chocolates y demás manjares.

El día de hoy terminó con al visita al Tate Museum, donde la sala estrella era la dedicada a Francis Bacon.

Como de costumbre, camino al hotel nos tomamos una cerve en St. George Tavern, donde tuvimos la suerte de disfrutar de un pequeño concierto de un joven mozalbete versionando temas muy interesantes, entre ellos varios de «The Police«

Rumbo a Londres

AviónEl lunes, 17/11/2008, Tere, Cris y yo, nos reunimos en el aeropuerto de Ranón nerviosas y excesivamente puntuales. A las 13.30h. facturamos, con la esperanza de que nuestras maletas fuesen tratadas con mimo (que se lo pregunten a Tere) y nos fuimos a comer algo a la cafetería, mirando el reloj cada poco. A las 15.00h. embarcamos y a las 15.30h. ya estábamos por encima de las nubes. El despegue de vértigo, una vez estabilizadas la sensación de mareo me acompañó prácticamente todo el vuelo, con taponamiento y zumbido de oídos incluido, total que apenas pude interactuar con mis primas, iba en plan «no me chilles que no te veo». Asi que opté por flipar con la vista que había desde la ventanilla, espectacular sobrevolar las nubes, cielo despejado y sol sobre nosotras. Mientras tanto recuerdo el último capítulo de la serie BSG cuando descubrieron The Earth.

Noria de nocheA las 16.30h. (hora inglesa) aterrizamos, ole ole por el piloto. En Londres ya era noche cerrada. Entre recoger las maletas, sacar billete de bus y recorrer el tramo hasta la Estación Victoria, nos quedaba poco día para aprovechar. Después de dejar las maletas en el Hotel St. Georges (en el 25 de Belgrave Road, Victoria), callejeamos un poco la zona cercana y nos tomamos una supercerve negra Guiness en una taverna cercana – llamada también Tavern St. George -, de la que nos hicimos asiduas clientas durante nuestra estancia, y donde planificamos el día siguiente.

Ya de vuelta al hotel nos hicimos nuestra típica cena particular junto con un cafetín, rico rico que Tere nos preparó con mucho esmero. Al día siguiente, a las siete y media de la mañana en pie para desayunar.

El hotel fenomenal, para repetir: a pesar del excesivo calor de la calefacción y de la moqueta atrapatodoloquecaesobreella el trato fue sensacional, la habitación tenía un balcón impresionante, y la cafeteruca con el café, la leche y el té nos dió la vida después del día agotador.