Perro verde o el lado oscuro

Estos días estoy viviendo un cúmulo de despropósitos que hacen que me plantee si mi manera de pensar es, medianamente coherente, o si estoy totalmente equivocada y necesito cambiar, y dejarme llevar por el lado oscuro.

Retrato de un perro verdeSi me quedo con la primera opción tendría que admitir que soy un perro verde en medio de una jauría de buitres; si acepto la segunda, me convertiría en Sith. La verdad que ninguna de las dos opciones es muy tentadora, aunque si decido meterme en la ilusión de alternativas que acabo de proponer, ser perro y verde a lo mejor tampoco está tan mal.

Está claro que mi manera de ver la cosas no deja de estar influenciada por personas importantes en mi vida que me contagian para que interprete el mundo de ese modo, que me apoyan en decisiones que tomo, y en maneras de hacer que me parece interesante apropiarme de ellas. En estos momentos pienso que si no llega a ser por esas influencias, hace tiempo que habría dejado de ser Caballero Jedi.

Puestos a salirme del par de alternativas me planteo seguir cambiando, siempre, aprovechando aquellas cosas buenas, que pueden ayudar a que mi salud sea lo más aceptable posible y a que no tenga que pasar noches en vela, porque la conciencia no me deje pegar ojo.

Estoy segura que esta vaguedad en mis palabras, que no explican la situación concreta, puede serviros para encajar alguna situación en la que «El miedo os llevara a la ira, la ira al odio y el odio al lado oscuro» y supiéseis rectificar a tiempo.

Encuentro con Salvador Minuchin II

Bueno, lo prometido es deuda, aquí van las jornadas en San Sebastián:

La verdad es que nunca había asistido a un curso de fin de semana tan bien organizado y tan interesante a la vez.

Salvador MinuchinLas sesiones de trabajo fueron muy prácticas (para leer y saber teoría ya están los libros), así que durante el viernes estuvimos visualizando -por la mañana- una 1ª entrevista a una familia y la queja de ésta, parando cada poco y explicando las metas conseguidas, las intervenciones realizadas, etc. y -por la tarde- lo mismo pero con una queja manifestada por una pareja. De esta manera, vimos dos primeras sesiones reales hechas por Salvador Minuchin.

Para la segunda sesión veríamos la 2ª entrevista de estos dos casos en directo a través de un circuito cerrado de televisión (una por la mañana y otra por la tarde), comentando la intervención una vez que se despedía a los consultantes.

En total fueron 14 horas de trabajo muy aprovechado, me gustó mucho el formato y la manera de trabajar…. Minuchin es un auténtico provocador y un experto en comunicación, en el uso de metáforas adecuadas, en rescatar justo lo que la familia necesita, en mover a las personas. Fue minuchiano auténtico.

Además de la experiencia con la que cuenta, consigue hacer ver a la audiencia y a los consultantes que las cosas que dice y cómo las dice son espontáneas, con lo cual parece que hace magia, aunque a él no le gusta que le digan que hace magia, de ser así no podría enseñar a hacer terapia y nosotros (sus alumnos y alumnas) seríamos aprendices de mago.

Hay muchas cosas que resaltaría de su manera de trabajar, de entre ellas una de las que más me ha gustado ha sido…

Creer en las potencialidades de las personas. Lo importante es explotar lo que las personas pueden ser, no lo que son, ampliando sus potencialidades.

En fin, guardo los apuntes como oro en paño, el viaje ha sido fabuloso y la experiencia fantástica. ¿Qué mas se puede pedir? Una excelente manera de compaginar trabajo y placer ;-)

Buceando en las páginas

He visto en Verdades a Medias una cadena bitacorera que me ha llamado la atención. Te pide que sigas las siguientes instrucciones:

  1. Tome el libro más cercano.
  2. Ábralo en la página 23.
  3. Busque la quinta oración.
  4. Postéela en su blog junto con estas instrucciones.

Ilustración de Alan Lee para el libro «El Hobbit»Me gustó este juego, jugué y este es el resultado:

Luego bajó por las laderas, y los bosques empezaron a arder.

¿Has adivinado? Clarooooo!!! Algunas personas que me conocen ya sabrán que se trata de El Hobbit, de J. R. R. Tolkien, una preciosa joya ilustrada por Alan Lee. Fue un regalo de Pablo que tengo guardado en mi mesita de noche.

Imagínate que tú sigues las instrucciones, ¿con qué nos sorprenderás? Me gustaría saberlo…

Encuentro con Salvador Minuchin I

Acabo de llegar de Donosti, fuí con la excelente excusa de ver en directo a Salvador Minuchin, terapeuta familiar de 83 años y fundador de la Escuela Estructural.

Billete del autobús que nos llevaba del hotel a la zona universitariaLas jornadas duraron dos días intensivos, trabajando fuerte mañana y tarde. La experiencia mereció el esfuerzo, además, una vez que teminaba la sesión, Tere (una compañera de curso con la que fuí) y yo pudimos disfrutar del ambiente de San Sebastián, de las excelentes vistas que teníamos desde la habitación del Hotel Leku Eder (Leku Eder = Lugar Hermoso) donde nos hospedábamos, sus pintxos, sus jumitos….una maravilla.

Allí también estuvimos con Almudena y Javier (compañeros de un curso que estamos haciendo en Oviedo), que nos presentaron a Edurne, una amiga suya y una excelente anfitriona durante los días que estuvimos juntos.

Este es el post introductorio del viaje y la puesta en escena, no me olvido de las interminables horas de Alsa de ida y vuelta (seis horas y pico…) que apenas se sintieron porque la experiencia fue formidable.

En el post II comentaré con más detalle estos dos días, como en un diario de a bordo.

El Pueblo

Porcía a vista de pájaroDespués de ver el post de Pablo «Mi mundo hasta los 10», a mí también me quedaron ganas de revivir los veranos en mi pueblo. Así que me construí mi Memory map.

El curso escolar transcurría en Avilés y las vacaciones se disfrutaban en Porcía. Allí me ponía morena como un conguito y tenía una libertad (horarios, controles, verbenas…) que era impensable aquí, en la cuidad, como si con el sol nos protegiera de cualquier peligro. Claro que algo tendrá que ver que era el sitio donde mis padres nacieron, su territorio.

Pinchad en la imagen para ver las anotaciones. Seguro que, después de leerlas, me conoceréis un poco mejor. Espero que os guste.

Recordando emociones

Diana, la más mala de «V», a punto de comerse un roedorEste sábado pasado me di un homenaje, en el sentido de chute, sí…. y reviví sensaciones de hace unos cuantos años. ¿Qué hice? Pues meterme entre pecho y espalda tres horas de la serie «V» (la de los lagartos).

La verdad es que pensaba que la iba a ver más desfasada pero no, daría el pego en esta época actual, aunque a Donovan le cambiaría la chupilla de pana con las pinzas en los hombros y a Julie el flequillo con super-onda ladeada.

Lo único que noté en falta fueron: más escenas de largartos al descubierto y más banquetes de ratones (como los que comprábamos en el kiosko a duro cada uno)

La que no me decepcionó fue Diana, sigue tan mala malísima como entonces.