El cuarto dÃa en Londres, el jueves 20/11/2008, lo dedicamos a recorrer Greenwich.
Tras un viaje en metro llegamos al Mercado de Greenwich donde pudimos disfrutar de un ambiente muy acogedor. Varios tenderetes con artÃculos de 2ª mano, la mayorÃa de ellos muy antiguos, hicieron nuestras delicias. Cris se compró un plato pequeño, de cerámica, pintado a mano superchulo y una versión antigua del libro de Charles Darwin titulado «Viaje en el Beagle«, menuda maravilla.
Seguimos recorriendo los puestos y encontramos más caxigalinas por aquà y por allá, y entre ellas un proyector de diapositivas de 1930 que no pude resistir la tentación de traer, eso sÃ, me dio el dÃa porque tuve que cargar con él hasta llegar al hotel por la noche.
Después, recorrimos un parque inmenso, donde las ardillas de color plateado se apelotonaban alrededor nuestro, incluso hubo momentos en los que temà por nuestro pellejo. Era como en una pelÃcula de zombis, donde podÃan oler sangre fresca y a tropel se abalanzaban sobre nosotras. Bueno, este parque finalizaba en el Meridiano de Greenwich, ¡qué ilusión!. Fotos y más fotos.
Desfallecidas por el hambre y el frÃo, nos fuimos a un italiano a comer algo calentÃn. De menú: fetuccini para Tere; lasagna para mà y espaguetti con mejillones (aunque los pedimos pensando que eran gambas, porque no nos aclarábamos con la carta y porque las indicaciones con las manos de la camarera describieron claramente la forma de una gamba) para Cris.
En la lÃnea DRL del metro regresamos a Victoria Station, donde aprovechamos para comprar cafés y tés de sabores; chocolates y demás manjares.
El dÃa de hoy terminó con al visita al Tate Museum, donde la sala estrella era la dedicada a Francis Bacon.
Como de costumbre, camino al hotel nos tomamos una cerve en St. George Tavern, donde tuvimos la suerte de disfrutar de un pequeño concierto de un joven mozalbete versionando temas muy interesantes, entre ellos varios de «The Police«