Esta mañana mercadeamos por las calles de Miranda de Ebro: frutas, verduras, calzado, sillas plegables, ropa y mucho gentÃo. Me encantan los mercados, ver el ambiente, escuchar a los de los tenderetes con sus reclamos y su ritmo cantarÃn. Compré una camisa de playa chulÃsima, color turquesa, no es tÃpica de aquà pero me la llevo de recuerdo.
Luego nos fuimos a Laguardia a comer. Disfrutamos de un menú riojano en el Hotel – Restaurante Marixa: atención inmediata y muy agradable, vistas alucinantes, al Valle del Ebro y a la Sierra de Cantabria, y unas viandas riquÃsimas: espárragos de la ribera a las dos salsas; pimientos del piquillo al horno con aceite ahumado; cazuela de patatas a la riojana «conde todo»; fuente de chuletitas de cordero con patatas; tarta de piña con queso fresco y melocotón; pan y vino joven de la rioja – alavesa; café y chupito de hierbas.
Tras hacer una sobremesa sin prisas nos fuimos a ver Laguardia y a hacer fotos para el recuerdo, tuvimos suerte también, porque pudimos disfrutar del carrillón del reloj del ayuntamiento, con su música y sus muñecos bailando al compás de la melodÃa. QuerÃamos llegar a las seis de la tarde a Briones, comenzaba una ruta para visitar bodegas, asi que partimos rumbo a Elciego para ver la Bodega de Marqués de Riscal de paso y conseguimos llegar a tiempo para visitar las seis bodegas de Briones que componÃan la visita:
- Bodega DinastÃa Vivanco, S.A. Impresionantes instalaciones, jardines y viñedos. Muy preparada para todos los públicos: pensado para gente mayor, para peques… Nos tomamos un vino tinto crianza que estaba muy rico. Aquà la atención no tenÃa nada que ver con el dÃa anterior, más multitud de gente y otra idea de lo que es el negocio. Merece la pena verlo.
- Bodega Hermanos Castillo Pérez, S.C. Probamos un blanco, premio La Rioja 2007. Fresquito, entraba muy bien. Visitamos por nuestra cuenta las instalaciones. Mucha gente que no nos permitió intimar con los dueños de la bodega.
- Bodega Miguel Merino, S.L. Acudimos a esta bodega porque nos comentaron que tenÃa mucha fama y varios premios. Quedamos pasmados al ver que para tomar el vino la polÃtica era entregar entre dos y tres tickets (cuando la organización habÃa informado de que era uno, y cuando probamos otros vinos de similar categorÃa y sólamente pedÃan un ticket). Indignados nos fuimos sin probar el vino, iba en contra de nuestros principios. CreÃmos que era desmerecer al resto de las bodegas. Lo hablamos con el dueño de una de ellas y tampoco le parecÃa una opción.
- Bodega Betolaza. Otra bodega que pretendÃa hacer negocio con la iniciativa. Carteles anunciando que se vendÃan bocadillos… además, el vino tinto crianza que probamos nos pareció bastante aguado, con un fuerte olor inicial a alcohol.
- Bodega Castillo Alonso. La mejor de todas con diferencia. TÃpica bodega familiar, con una atención exquisita. Probamos el joven y crianza: riquÃsimos, nos gustaron tanto que de aquà también llevamos unas cuantas botellas para tomar en casa.
- Bodega Daniel Puras Peciña. Una vez más, varios tickets para probar el crianza, uno para el joven. Sólo nos quedaba un ticket, asà que nos decantamos por el joven. Muy rico, muy afrutado, bodega muy cuidada y con un ambiente muy acogedor.
Tras la visita a las bodegas nos fuimos a disfrutar de la noche en Briones, junto con el espectáculo de Ballet Clásico Español a cargo de «Sherezade Ballet» en la Plaza del Ayuntamiento. Allà nos encontramos con Román y con Ivette – del Bodegón Botero en San Asensio – hablamos largo y tendido con ellos y con unos amigos suyos de Zaragoza. Una vez más comprobamos la hospitalidad de esta gente riojana.
Mañana domingo, las Noches de San Lorenzo se trasladan a San Vicente de la Somosierra. Otro año será, seguro. Muy probablemente, el próximo. Estas noches han sido mágicas.
Esto va llegando a su fin, nos queda un dulce recuerdo de estas tierras. Nos han conquistado.