Esta mañana, tras recomendación de Ramón, nos fuimos a conocer un pequeño pueblo medieval llamado Sajazarra. Nos cautivó el encanto de sus calles tan cuidadas, las fachadas de piedra de las casas, la tranquilidad de sus calles.
Nos hicimos un montón de fotos en los alrededores del Castillo de Sajazarra, paseamos por el jardÃn, con sus viñedos y nos tomamos un vino tinto en la terraza del Bar Cembres, que está en la Casa de los Ruiz de Loizaga, en la Calle Caridad. ¡Qué rico estaba!
Luego, nos fuimos a Haro y a Briones. No encontramos mucho movimiento, quizás por la hora, parecÃa que todo el mundo estaba guardado a la sombra de sus casas. Intentaremos volver más entrada la tarde.
Sin comer, estábamos dispuestos a ir al hotel y engullir cualquier cosa… el destino hizo que nos equivocásemos de carretera, decidimos seguir hacia adelante y terminamos en Vitoria.
En estos dÃas son las Fiestas de La Blanca y hay un montón de gente por las calles, vestidos a la manera tradicional (como lo hace Celedón), tenderetes en el Paseo Florida, barracas, espectáculos en la Plaza de la Virgen Blanca, música en el quiosco del Parque de la Florida y los sabrosos pintxos del Café Moderno en la Plaza de España, para hoy: gambas y cangrejo con huevo cocido y salsa mahonesa; pulpo con puré de patata; gulas con guacamole y morcilla con paté. Aquà comimos, repusimos energÃas perdidas, y nos fuimos a recorrer el casco antiguo, incluida la Calle CuchillerÃa.
Joseba Tapia en la Plaza del Machete.
Hoy fue un dÃa muy completo y con una temperatura que nos permitió disfrutar mucho más. Entrada la tarde, cenamos en la calle, tomando sidra vasca y escuchando música tradicional de la tierra. El ambientillo era espectacular. ¡Si existe la felicidad esto debe ser lo más parecido!