14/07/2010
El despertador suena a las 8 de la mañana, remoloneamos un poco antes de bajar a tomar el desayuno (café, tostadas, croissants, zumo, yogurt, huevo cocido, cereales…) todo delicioso. Con energÃa planificamos la ruta para este dÃa, 14 de Julio, aniversario de la Toma de la Bastilla, Fiesta Nacional.
Tomamos el metro de nuevo en Cadet para ir hasta un mercadillo de 2ª mano, pequeño, situado en la Place d’Aligre. Hoy hay un 70% de probabilidades de lluvia, el cielo está bastante negro, pero aún asà los tenderetes mantienen sus mercancÃas. Aquà puedes encontrar desde pamelas hasta pelucas de 2ª mano, pasando por ropa, libros… de todo. Como recuerdo nos llevamos una revista, «Le petit echo de la mode», donde aparecen dibujos chulÃsimos de lo que se llevaba en 1932, sobre fondo sepia. Empiezan a sobrevolar el cielo multitud de aviones que se dirigen hacia los Campos ElÃseos donde empezará el desfile militar.
El cielo sigue amenazando lluvia asà que – tras recorrer todo el mercado y la calle de los tenderetes con frutas impresionantes – nos vamos a la estación de metro para dirigirnos hacia la ÃŽle de la Cité y ver la Catedral de Notre Dame. Antes de llegar, en el puente de Saint-Louis, nos paramos a disfrutar de unos músicos que son una maravilla.
Cada vez está más frÃo y empiezan a caer una gotas tremendas, nos pilla de pleno el chaparrón (atuendo: camiseta de tirantes, falda corta y chanclas… no se puede ir más apropiada para un dÃa de tormenta). Intentamos encontrar como sea un paraguas para quitar lo peor y lo encontramos en una tienda de souvenirs muy chula (en esta isla la mayorÃa de las tiendas merecen la pena). Aquà aprovechamos para llevarnos unas láminas de recuerdo (Notre Dame, Montmartre y Moulin Rouge) mientras disfrutamos del aguacero y de las gárgolas de la catedral que no dan abasto con el agua.
A ritmo de chof-chof en los pies, cogemos la estación de metro más cercana para ir al hotel y cambiarnos de ropa. Para la tarde será mejor pantalón, calcetines y playeros resistentes. Comemos tranquilamente en el hotel y dormimos la siesta, estamos destemplados, los pies molidos de las caminatas y un poco cansados… Además, sigue lloviendo, no hay mejor excusa para disfrutar de una buena siesta.
Por la tarde, recorremos los Campos ElÃseos, desde la Plaza de la Concordia hasta el Arco del Triunfo. Luego bajamos por la Avenida de Iéna hasta el Trocadero. Nos sorprende el despliegue policial que hay y el constante ir y venir de la gente, las bandadas de personas que llegan de todos lados a la plaza, con bolsas con la cena, nos llama la atención pero no sabemos a qué se debe. Conseguimos averiguar que a las 21:00h comenzarán los fuegos artificiales que pondrán broche a la Fiesta Nacional. Tenemos ganas de cenar pero son las 20:30h, asà que esperaremos. Nos dieron las nueve, las nueve y media, las diez… empezamos a pensar que la información que nos habÃan dado no era muy fiable: igual los fuegos no empezaban a las nueve, mientras tanto la fame iba en aumento (creciendo proporcionalmente a la mala leche)… Finalmente, a las once de la noche, la Torre Eiffel comienza a parpadear con luces augurando el comienzo de la traca… ¡por fin! Un festival de luz y color inunda la Plaza de Trocadero entre aplausos, silbidos y vÃtores del gentÃo. A las once y media consideramos que es hora de llenar el buche, asà que nos vamos al metro, que se encuentra flanqueado por fornidos policÃas y perros, los cuales van dejándonos pasar por tandas para no colapsar el transporte. Un nuevo dÃa que finaliza.