ХудожникподаръциÚltimo dÃa en Roma, y domingo, asà que nos vamos a conocer el Mercado de Porta Portese, el más famoso de Roma, es inmenso, con más de 4.000 puestos, donde puedes encontrar todo lo que te puedas imaginar: libros, maletas, bolsos, calzado, ropa, juguetes, lámparas, antigüedades, arregladores de bicicletas, cascos y complementos para la moto… Asà que si estás en domingo por la mañana en Roma, reserva sitio en la maleta y regalos porque es el lugar idóneo para encontrar lo que quieras.
Sobre las dos de la tarde empezó el cielo a encapotarse y a caer unas gotas muy gordas, asà que los vendedores de paraguas hicieron el dÃa, pero también hizo que muchos puestos empezasen a recoger y la gente a marchar. Por eso, nos fuimos a comer una pizza y a cambiarnos de ropa, porque nos quedamos pingando.
Después, nos fuimos (antes de las 18.00h. porque cierran) a San Pietro in Vincoli, para ver el Moisés de Miguel Ãngel, acompañados de un podcast explicativo que nos permitió disfrutar más, si cabe, de la enorme escultura en mármol, tan perfecta y delicada. Eso sÃ, para verla iluminada debes echar en una maquinita (tipo parquÃmetro) 50 céntimos al minuto, que rompe un poquito la magia, cuando se apaga el foco es como si te despertaras de un sueño que te devuelve a la realidad.
A estas horas de la tarde-noche es una delicia pasear por las calles de Roma, para terminar cenando en La Montecarlo: Pablo, unos linguine al pesto y yo, unos espaguetis a la boloñesa, acompañando de una birra nastro azzurro, y de postre tiramisú.
La despedida, como no pudo ser de otra manera, fue tomándonos un café espresso y un capuchino del El Public, en el Trastevere.
Roma, la ciudad eterna, nos ha cautivado: es frenética, caótica, apabullante, majestuosa y a la vez es dulce, delicada, confortable y acogedora. Mires a dónde mires, te encuentras con un rincón especial: los adoquines de las calzadas, la historia, su extenso legado de monumentos, las plazas, sus gentes, sus barrios, sus puentes, los patios de algunos edificios…