El desayuno buffet del hotel es una maravilla, probamos un poco de todo para tener fuerzas para el dÃa. Comenzamos realizando una excursión por el valle más profundo de Anatolia, el Valle de Ihlara, un cañón con una profundidad de unos 100m., comienza en el pueblo de Ihlara y termina con el monasterio en el pueblo de Selime Selime. En el valle, atravesado por el RÃo de Melendiz, hay más de cuatro mil viviendas y un centenar de iglesias rupestres decoradas con frescos, alrededor de 80.000 personas vivieron en el Valle de Ihlara. El valle tiene 4 entradas, nosotros entramos por la segunda y más popular, con más de 300 escalones hacia el valle. Paseamos entre viñedos, álamos, maizales, plantas de calabazas y árboles de pistacho, acompañados del relajante sonido del agua. A lo largo del valle se encuentra multitud de iglesias excavadas en la roca donde se pueden observar diferentes estancias y frescos con imágenes, que constituyen tesoros históricos, pertenecientes a los primeros años del cristianismo. Debido a la posibilidad de riego y su particular facilidad para permanecer ocultos, resultó ser una zona estratégica como primer asentamiento de los primeros cristianos y asà poder de escapar de los soldados romanos.
De aquà nos fuimos a visitas una antigua iglesia reconvertida en mezquita. Llama la atención la ausencia de imágenes asà como de cualquier sÃmbolo religioso. Las alfombras sobre el suelo, orientadas hacia la Meca, dan pistas acerca de su uso actual. Aquà pudimos disfrutar de las vistas desde un mirador.
Después, comimos tÃpica comida turca a base de testi kebab y yogurt con miel. Con el estómago lleno, nos dirigimos hacia Uçhisar situada en el punto más alto de Capadocia, en la carretera NevÅŸehir-Göreme, a 5 km de Göreme. Aquà pudimos encontrar impresionantes ejemplos de casas trogloditas excavadas en las rocas, que en tiempos del cristianismo fueron utilizadas por los cristianos para escapar de sus perseguidores. Una de ellas aún habitada y acondicionada. Coronando la ciudad se encuentra el Castillo de Uchisar, donde actualmente la mayorÃa de las habitaciones se utilizan como palomares ya que los excrementos de las palomas suponen un excelente fertilizante natural para los huertos y viñedos.
A continuación, y como parte de la programación obligatoria del circuito, nos llevaron a una joyerÃa, donde nos mostraron (con ánimo de lucro) multitud de alhajas, con dinámica grupal incluida para aprender a distinguir una turquesa falsa de una verdadera. Este tipo de actividades fueron totalmente suprimibles. Finalmente, nos dirigimos al hotel, donde disfrutamos de un tranquilo y refrescante baño en la piscina.